EL AMOR DE DIOS Y EL BIEN Y EL MAL – PARTE 1

Uno de los cambios fundamentales bajo el Nuevo Pacto es el mandamiento acerca del amor. Y digo esto porque a pesar de que toda la escritura es una historia de amor de Dios hacia el hombre, cuando...

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EL AMOR DE DIOS Y EL BIEN Y EL MAL

I. INTRODUCCIÓN
Uno de los cambios fundamentales bajo el Nuevo Pacto es el mandamiento acerca del amor. Y digo esto porque a pesar de que toda la escritura es una historia de amor de Dios hacia el hombre, cuando vino Jesús, cuya venida es la manifestación más grande del amor de Dios, después de darnos ejemplo de esta nueva forma de amar, nos dio un nuevo mandamiento acerca del amor.
Bajo el viejo pacto la norma más alta de amor era amar a nuestro prójimo como nos amamos a nosotros mismos. El problema o la deficiencia con este mandato acerca del amor, es que a veces ni
siquiera nos amamos a nosotros mismos lo cual nos incapacita para amar verdaderamente los demás.  Sin embargo este mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo fue interpretado por el pueblo de Israel; como que debían amar a los que los amaban pero aborrecer a sus enemigos. Es por esto que en los salmos podemos encontrar oraciones donde se pide por la destrucción de los
enemigos. Por ejemplo:

Salmo 58.6–11 Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas; Quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos. 7Sean disipados como aguas que corren; Cuando disparen sus saetas, sean hechas pedazos. 8 Pasen ellos como el caracol que se deslíe; Como el que nace muerto, no vean el sol. 9 Antes que vuestras ollas sientan la llama de los espinos, Así vivos, así airados, los arrebatará él con tempestad. 10 Se alegrará el justo cuando viere la venganza; Sus pies lavará en la sangre del impío. 11 Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay galardón para el justo; Ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.

Pero ahora bajo el Nuevo Pacto no sólo hay que amar a los enemigos…
Mateo 5.43–44 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. 44Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

Sin embargo esta nueva forma de amar, es un paso intermedio, porque Jesús subiendo la norma dijo:
Juan 13.34–35 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

Pues es tan importante este mandamiento acerca del amor, que además de ser una orden el amarnos de esta manera, también se convierte en un distintivo de que somos discípulos del Señor.
El apóstol Juan, conocido como el apóstol amoroso que se recostaba en el pecho de Jesús… (En un tema pasado dije que era Pedro quien se recostaba… Perdón.) Juan nos recuerda este mandato de amarnos unos a otros, y cuando lo hace también insiste en que el amor, de la forma en que Jesúsnos amó, es un distintivo indispensable de aquel que ha nacido de Dios. Es decir de aquel que
ha sido salvado. Dice así:

1 Juan 4.7–8 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 8El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.

Siendo esto así, cuando una persona no es capaz de vivir amando… esta persona está al borde de la condenación si se llega a morir sin conocer el amor de Dios.  Siendo el amor una marca del cristiano y una evidencia de haber sido salvado, pregunto:  ¿Cuántos de ustedes han amado verdaderamente? Acaso piensas que cuando estabas tan  enamorado que tenías ganas de casarte, o esos sentimientos cuando nació tu primer hijo… Pero: ¿Estás seguro que eso es verdadero amor? Porque hay enamoramiento, pasión, egoísmo, idolatría,
y hasta esclavitud y maltrato que algunos confunden con el amor.

Pregunto: ¿Es el amor lo que sentimos cuando recibimos… O lo que sentimos cuando entregamos?  Esta pregunta es importante porque hay muchos que se sienten felices con lo que están
recibiendo de quienes los aman, pero ellos no están dando nada que sea verdaderamente
valioso… es decir sin ellos, estas personas que los aman estarían mejor.
Por eso es importante preguntarse: ¿Qué tan grande es tu capacidad de amar?
Y como esa capacidad de amar tiene relación con lo que podemos entregar a la persona amada, por
eso para evaluar nuestra capacidad de amar podemos preguntarnos:
¿Qué es lo mas valioso que hemos hecho por alguien a quien decimos amar?… O si no has
tenido oportunidad de amar entonces pregunto: ¿Qué es lo más valioso que estarías dispuesto a
hacer por alguien a quien amas, que estarías dispuesto a entregar por amor?… Todas tus
posesiones, todos tus talentos, todas tus fuerzas, tu salud, tu vida…
Algunas esposas ha preguntado a sus esposos: ¿Tú me amas? Y el responde; por supuesto que te
amo, no vez que vivo contigo, que te he dado hijos, que trabajo para mantenerte, y que te soy fiel!
Y lo mismo podría decir la esposa; lavo, plancho, cocino, te atiendo, además trabajo aportando
dinero y también te he sido fiel, por supuesto que te amo, o no estaría contigo!
Sin embargo la pregunta es: ¿Esa entrega por los demás, es en realidad el cumplimiento de ese
nuevo mandamiento dado por El Señor Jesús?
Que es igual a preguntar si: ¿La forma como tú amas a tu esposa, tu esposo, tus hijos, a tus
discípulos y hasta a tus amigos, es en realidad una manifestación o señal de que has conocido
el amor de Dios?
¿Porque hago la pregunta? Porque acerca del amor la escritura enseña:
1 Corintios 13.3. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para
ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
Lo que dice el pasaje es que es posible entregar todos nuestros bienes para ayudar a los
necesitados, o aun ser capaz de morir por ellos… Y sin embargo esas acciones puede ser hechas
completamente exentas de amor?…
Si tenemos en cuenta esto y lo aplicamos a nuestras relaciones, podríamos decir entonces, que es
posible ser el marido o la esposa perfecta, y podrían entregar toda su vida y recursos por la persona
con la cual están casados, y ser fieles hasta la muerte, y sin embargo no haber allí nada del amor
de Dios…
EL AMOR DE DIOS Y EL BIEN Y EL MAL 3
Y lo mismo podía pasar de los padres hacia los hijos, donde a pesar de haberse
entregado totalmente por los hijos para darles absolutamente todo lo que ellos
necesitan… En esta entrega total sin embargo puede que, no haya nada del amor de
Dios.
Y si en eso que llamamos amor no está el amor de Dios, entonces estamos graves, por qué ni
estaríamos dando testimonio del amor de Dios, mi estaríamos dando testimonio de haber conocido el
amor de Dios… lo cual significaría que vamos rumbo al infierno si no hacemos lo necesario.
Sabiendo lo importante y lo determinante de este asunto, creo que debemos tener mucha claridad
acerca de: ¿Qué es y cómo poder amar con el amor de Dios?
El asunto puede parecer más confuso cuando bajo el viejo pacto revisamos lo que el pueblo de
Israel estaba haciendo, y la corrección que Dios hizo a su comportamiento.
La escritura nos cuenta que el pueblo estaba haciendo peticiones a Dios con ayuno y oración, y al no
recibir respuesta a sus peticiones se quejan, y entonces Dios les dice que el problema es que están
pidiendo para ellos, para tener ventaja sobre los demás. Y por eso les dice:
Isaías 58.6–8 ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de
opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? 7
¿No es que partas tu pan con el
hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te
escondas de tu hermano? 8
Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu
justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
Es muy claro que Dios les dice que el énfasis de sus oraciones y ayunos tiene que ser enfocado
en ayudar a los demás, y les dice que si eso hacen; nacerán, verán su salvación, caminaran con
justicia, y la gloria de Dios los respaldará… En otras palabras: Conocerán el amor de Dios.
Pareciera como si Dios les dijera que si no son capaces de tratar bien a su prójimo, no van a poder
conocer al Dios de amor… El Señor Jesús dijo prácticamente lo mismo con otras palabras:
1 Juan 4.20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su
hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?
Pero bajo el Nuevo Pacto, en la carta a los Corintios leímos que aún haciendo todo eso y mucho
más por el prójimo; porque en este texto del viejo pacto que leímos, no habla de entregarlo todo sino
de compartir, tampoco habla de morir por los demás sino de ayudarnos… Pero bajo el Nuevo Pacto
entregar absolutamente todo y llegar aun a la muerte por los demás, no significa que los estemos
amando, al menos no con el amor de Dios.
Entonces nuevamente la pregunta importante es: ¿Qué es lo que nos falta o qué que es lo
debemos hacer para poder cumplir con este nuevo mandamiento?
Si volvemos a leer lo que Jesús dijo:
Juan 13.34–35 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que
también os améis unos a otros. 35En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos
con los otros.

Creo que es muy claro, que el nuevo mandamiento o la nueva forma de amar; tiene que
ser igual a la forma como Jesús nos amó.
Esto quiere decir, que una cosa es lo que los hombres llamamos amor… Y otra muy
diferente es la forma como Dios nos ama.
Es por esto que muchos en el mundo están seguros de haber amado, y seguramente muchos de
nosotros también creemos que estamos amando… Pero si comparamos nuestra forma de amar con
la forma en que Dios nos ama, seguramente descubriremos que nos falta aprender a amar
verdaderamente.
Entonces: ¿Cuál es la diferencia entre hacer todo por alguien sin amor, y hacer todo por
alguien con amor?
¿QUÉ ES EN REALIDAD EL AMOR DE DIOS?
Si vamos a la carta del apóstol Juan dónde nos está insistiendo en este mandamiento, vemos que
dice:
1 Juan 4.9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al
mundo, para que vivamos por él.
¿Según esto qué es el amor de Dios?
El amor de Dios es la oportunidad que Dios nos da de vivir para Jesucristo….
Ojo con esto que es muy importante, porque según lo que acabamos de leer: La vida cristiana no
es vivir con la ayuda de Dios. Eso no es vida cristiana; la auténtica vida cristiana es vivir para
Dios!
Y eso si lo entendemos bien, quiere decir que hay una enorme diferencia entre vivir mi vida con la
ayuda de Dios, a vivir para Dios.
El que vive con la ayuda de Dios, está viviendo según sus planes, según sus sueños o anhelos
pidiéndole a Dios poder realizarlos.
El que vive para Dios, se olvida de sus sueños y de sus planes, y busca lo que Dios soñó para el,
para dejar que Cristo viva su vida a través de el.
Ahora si la vida cristiana no es vivir mi vida con la ayuda de Dios sino vivir para Dios, eso también
quiere decir; que sólo quien vive para Dios experimentara el amor de Dios y podrá ser un canal
del amor de Dios hacia los demás…
Mientras que quien vive su vida con la ayuda de Dios, ni experimentará el amor de Dios, ni podrá
amar con el amor de Dios…. ¿Porque como dar de lo que no ha recibido?
Esto mismo que estoy diciendo es lo que dice Dios a través del apóstol Pablo en la carta los
romanos, cuando escribe:

Romanos 14.7–8 Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. 8
Pues si
vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o
que muramos, del Señor somos.
Si hemos sido salvados somos propiedad de Dios. Y como propiedad de Dios para
poder experimentar su amor y ser un canal de su amor, es decir para poder cumplir con este nuevo
mandamiento, tenemos que vivir o morir solo para el.
Y en el siguiente versículo dice, que la muerte y la resurrección de Jesucristo, es lo que nos da la
oportunidad de poder vivir para El.
Romanos 14-9 Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos
como de los que viven.
La muerte y la resurrección lo convierte en nuestro Señor… Y este sacrificio era indispensable
porque la escritura dice que había un acta con un listado de nuestros pecados que le daba derecho
a satanás sobre nuestra vida, pero en la Cruz esa carta fue anulada, fuimos rescatados por el
Señor, hechos de su propiedad, y ahora tenemos el privilegio de poder vivir para él, porque el es
Nuestro Señor.
Y aunque Jesús dijo que cuando entendemos lo que el quiere nos convertimos en sus amigos, y
aunque él no se enseñorea de nosotros, y aunque su gobierno es un gobierno de amor… eso no
quiere decir; que el es nuestro siervo, o nuestro empleado, o que está con nosotros para
complacernos. NO.
Todo lo contrario; nosotros debemos vivir sólo para complacerlo a El.
Y eso lejos pero muy lejos de ser esclavitud, (así lo ven los que no entienden) es la forma como está
diseñado que experimentemos el amor de Dios que excede a todo conocimiento, para que podamos
también amar con el amor de Dios, demostrando que somos verdaderos hijos de Dios.
Y entonces la siguiente pregunta muy importante es: ¿Tu para quién estás viviendo?
Ahora: ¿Será posible vivir para Dios haciendo lo que nosotros queremos? O ¿Será posible tener un
matrimonio para Dios, si en nuestro matrimonio no estamos haciendo lo que Dios dice? O ¿Será
posible tener nuestros hijos y educarlos para Dios, pero no hacer caso a lo que él nos dice que
debemos hacer con nuestros hijos? O ¿Será posible tener un negocio para Dios, y decir que es de
Dios, pero no hacer caso lo que el nos dice que debemos hacer con el dinero? O ¿Será posible tener
una iglesia para Dios, y no enseñar lo que Dios dice que debemos enseñar?
La respuesta obviamente es; que si no estamos haciendo las cosas como Dios dice, no
podemos decir que estamos viviendo para Dios, y si como consecuencia de no hacer caso lo que
Dios dice no experimentamos su amor, y no aprendemos a amar con el amor de Dios: No hay
derecho a quejarse si terminamos en el infierno.
¿QUÉ TANTO VALE LO QUE NOSOTROS TENEMOS?
Cuando recibimos esta enseñanza, de que no debemos por ninguna razón vivir para nosotros
mismos, para nuestros planes, para nuestros sueños, y mucho menos con nuestros métodos,
EL AMOR DE DIOS Y EL BIEN Y EL MAL 6
podemos entonces pensar: ¿Entonces lo que yo se, lo que yo creo y lo que yo quiero
no vale nada?
He visto a muchos centrar en conflicto cuando escuchan esta verdad de la palabra de
Dios… Y entonces yo pregunto: ¿Qué tanto vale todo lo que nosotros sabemos, creemos
y deseamos, comparado con lo que Dios nuestro creador, nuestro redentor, el todo poderoso
desea que nosotros vivamos?
¿Quién sabe más lo que nosotros necesitamos para ser felices; nosotros o nuestro creador?
Si la escritura nos cuenta que nuestras mejores peticiones comparadas con lo que Dios desea
darnos o hacer en nosotros, no valen prácticamente nada… pues dice:
Efesios 3.20–21 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que
pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, 21a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por
todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.
Eso quiere decir que el plan más espectacular que hombre alguno pueda soñar para su vida,
comparado con lo que Dios quiere hacer en el, es basura.
Y entonces si una persona decide vivir para cumplir su plan de basura, porque menosprecia
el plan que Dios tiene para él…¿Podrá experimentar el amor de Dios y podrá ser un canal del amor
de Dios hacia los demás? Pues no. Imposible.
EL AMOR QUE NO ES AMOR
Ahora si estamos entendiendo bien su palabra, la conclusión a la que debemos llegar es que;
Jesucristo nos amo porque vino en obediencia a los mandamientos de su Padre para salvarnos, y
darnos la oportunidad de vivir experimentando su amor al guardar sus mandamientos.
Y eso es exactamente lo que dice el apóstol en su primera carta cuando escribe:
1 Juan 5.2–3 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus
mandamientos. 3
Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son
gravosos.
Eso quiere decir que sus mandamientos, o vivir haciendo su voluntad es lo que nos concede el
privilegio de experimentar su amor, e igualmente vivir haciendo su voluntad es lo que nos permite
amar a los demás con el mismo amor con que hemos sido amados.
Es por eso que es imposible decir que vivimos la vida cristiana si no estamos viviendo en obediencia
a su voluntad. Y no podemos vivir en obediencia a su voluntad si no renunciamos a nuestra voluntad,
a nuestros deseos y a nuestros sueños para vivir para él.
Esto que estoy diciendo es exactamente lo mismo que ya leímos:
Romanos 14.7–8 Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. 8
Pues si vivimos, para el
Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor
somos.
EL AMOR DE DIOS Y EL BIEN Y EL MAL 7
¿POR QUÉ ESTÁ PROHIBIDO VIVIR PARA NOSOTROS?
Creo que el problema de muchos cristianos es que no han entendido que vivir para ellos
mismos es lo que les impide experimentar el amor de Dios…
Y si alguien se pregunta por qué es tan grave vivir para nosotros mismos, la respuesta esta en lo
que pasó en el paraíso. La escritura nos cuenta:
Génesis 3.1–6 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había
hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? 2
Y la mujer
respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3
pero del fruto del árbol que está
en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. 4
Entonces la serpiente dijo
a la mujer: No moriréis; 5
sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis
como Dios, sabiendo el bien y el mal. 6
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a
los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido,
el cual comió así como ella.
Esto súper resumido quiere decir; que Dios creó al hombre para que vida una vida maravillosa, y la
única condición para vivir esa vida maravillosa era confiar en las instrucciones o mandamientos
que Dios le había dado.
Al vivir de acuerdo a las instrucciones precisas de Dios, el hombre estaría viviendo para Dios… Y Por
supuesto experimentando el amor, la bendición y la protección de Dios todopoderoso.
Aparece Satanás; y convence al hombre de apartarse de Dios, ofreciéndole comer lo que Dios le
había prohibido comer. El árbol del conocimiento del bien y del mal.
Podemos resumir que había sólo dos formas de vivir la vida; haciendo caso a los mandamientos e
instrucciones de Dios, lo cual era bueno, buenísimo en gran manera, no sólo porque las
instrucciones de Dios eran las precisas, las perfectas para una vida espectacular, sino porque al vivir
de acuerdo a las instrucciones de Dios teníamos el respaldo del todo poderoso.
La otra opción, la que el hombre escoció, fue menospreciar el conocimiento y la dirección que venía
de Dios, para recibir el conocimiento y la dirección que venía de Satanás, quedado por supuesto sin
el respaldo del Dios todopoderoso.
Pensando con un tris de sensatez… Que será mejor:
¿Vivir de la mano de Dios haciéndole caso y gozando de su protección y su bendición. O vivir de la
mano de Satanás, haciéndole caso a Satanás, recibiendo el daño que satanás quiere causar, y
además recibiendo las disciplinas de parte de Dios para tratar de corregirnos?
Pero eso no es todo, hay algo todavía muchísimo más importante que comúnmente es olvidado a
veces hasta por los cristianos, y es que al vivir de la mano de Dios al morir terminamos en su
presencia, el cielo. Y al vivir de la mano de satanás terminamos en su presencia, el infierno.
Siendo tan claro que la buena decisión es vivir con Dios y para Dios, y que es una soberana
estupidez vivir para el diablo: ¿Por qué los hombres y porque a veces también nosotros le hacemos
caso al diablo?

La respuesta es sencilla. Ya lo leímos:
Génesis 3.2- 4 Pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni
le tocaréis, para que no muráis.
4
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
Pregunto: ¿Quién tenía razón, Dios o el diablo? Es decir: ¿Murió o no murió el hombre cuando comió
del árbol?
La respuesta es sí; murió espiritualmente, luego murió físicamente, para vivir eternamente
condenado.
¿Por qué? Porque el hombre fue engañado por Satanás.
Por supuesto este engaño ha pasado de generación en generación, de tal manera que la escritura
dice que actualmente:
1 Juan 5.19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.
Cuando la escritura dice que el mundo entero está bajo el maligno, no se refiere a que Satanás tiene
el control de todo lo que sucede… porque ese control lo tiene Dios que es soberano.
¿Qué es entonces a lo que se refiere la escritura cuando dice que el mundo entero está bajo el
maligno?
Se refiere a que el mundo entero esta comiendo del árbol de la ciencia del bien y del mal…
De hecho es básicamente la única fórmula que se nos enseña para vivir la vida… donde a pesar de
que se nos diga: ”Debes vivir haciendo lo bueno para vivir bien” el resultado es que la gente aun
tratando de hacer las cosas bien, no sólo viven vidas miserables, pensando que están rodeados de
injusticias… sino que al final si no conocen el amor de Dios, terminan en el infierno.
¿Porque a pesar de tratar de vivir de la mejor manera el hombre termina tan mal?
Porque el conocimiento del bien y del mal que los hombres reciben del mundo, cuyo autor es
satanás, está diseñado para alejar a los hombres de Dios, y para mantenerlos entretenidos y
esclavizados a un sistema de vida mundano, para el final llevarlos al infierno.
Eso quiere decir que todos aquellos que vivan la vida, guiados por su propio conocimiento del bien y
del mal, conocimiento que obtuvieron del mundo, van a terminar el infierno… Y muchos de ellos van
a terminar en el infierno después de haber vivido un infierno en la tierra.
No hay escapatoria. Dios lo dijo muy claro:
Génesis 2. 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres,
ciertamente morirás.
Siendo esto así: ¿Que es lógico que pase cuando una persona vive dirigiendo su vida por el
conocimiento que satanás a través del mundo le ha dado para dirigir su vida? ¡Pues que vivan
como muertos!
EL AMOR DE DIOS Y EL BIEN Y EL MAL 9
Ahora: ¿Un muerto puede experimentar el amor de Dios? O ¿Un muerto puede amar con
el amor de Dios? La respuesta es: No, a no ser que reciba vida, y entonces estando vivo
si podrá experimentar y amar con el amor de Dios.
El Señor Jesús dijo:
Juan 5.24–25 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no
vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. 25De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora
es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.
Producto del pecado en el paraíso los hombres vienen al mundo muertos espiritualmente, para
empeorar el asunto crecen alimentándose del árbol de la ciencia del bien y del mal, lo cual le permite
a Satanás mantenerlos muertos.
El Señor Jesús viene, no sólo a dar testimonio de la verdad, sino a morir en la cruz para darnos vida,
de tal manera que experimentemos y vivamos en el amor de Dios.
Sin embargo Jesús dijo: “y los que la oyeren vivirán”… La pregunta es: ¿Escucharán la voz de
Dios?… O seguirán escuchando al mundo entero, que esta bajo el maligno con sus enseñanzas y
sus conceptos del bien y del mal.
Es por esta razón, que es imposible acercarse a Dios para experimentar su amor, mientras
pensemos que lo que nosotros deseamos o soñamos de acuerdo a lo que el mundo nos ha
enseñado, es lo que debemos vivir con la ayuda de Dios…. Eso no es cristianismo.
¿Cómo puede Dios hacer que tú experimentes su amor, si tu insistes en ser guiado por Satanás,
a través del conocimiento del árbol de la ciencia del bien y del mal, que está diseñado para
mantenerte muerto?
Y por otro lado; como puedes tú amar con el amor de Dios, cuando tú ”amor” está dirigido por el
conocimiento del bien y el mal, que está diseñado para mantener muertos a los hombres y luego
condenarlos.
El amor que el mundo y los hombres dan destruye… El amor de Dios salva!
¿CÓMO ENTONCES AMAR CON EL AMOR DE DIOS?
Pues si el amor de Dios se manifiesta en una entrega total para salvarnos y darnos la oportunidad de
vivir para él, de vivir haciendo su voluntad… Amar a los demás implica entonces una entrega total
para guiarlos a la salvación dándoles la oportunidad de vivir haciendo la voluntad de Dios. La
escritura dice:
Filipenses 2.5–8 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6
el cual, siendo en forma
de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7
sino que se despojó a sí mismo, tomando
forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Ahora: ¿cuál es el enemigo o contra que tenemos que luchar? El enemigo es Satanás que busca
como león rugiente a quien deborar… Y la herramienta que usa es el conocimiento del bien y del mal
que él le ha dado al mundo.
EL AMOR DE DIOS Y EL BIEN Y EL MAL 10
Este conocimiento del bien y el mal, al igual que lo que significan estas dos palabras,
tiene una escala de valores donde hay básicamente dos columnas, con sus intermedias,
la del bien o la de lo bueno, la del mal o la de lo malo. Y la mezcla de estas dos
columnas, que resulta en todo lo que se cataloga como regular.
Sin embargo la realidad es que estos valores cambian dependiendo de la cultura, la edad, las
circunstancias, las personas, etc. Indudablemente siempre son valores relativos, pero el hombre
en su embrutecimiento no lo ve así, por eso en términos generales los hombres creen que hay:
1. LAS COSAS BUENAS. Como; el dinero, la inteligencia, la salud, el poder, la belleza, el sexo, la
comida, la diversión, los amigos, etc.
2. LAS COSAS MALAS. Como; la pobreza, la falta de inteligencia, la enfermedad, la falta de poder,
el hambre, la fealdad, la soledad, el sufrimiento, etc.
Esta nueva escala de valores creada por un hombre dirigido por Satanás, que ha despreciado a
Dios, lo cual es muestra de un gran embrutecimiento, es en realidad el árbol de la ciencia del bien
y del mal del cual Dios aseguró, que si comíamos moriríamos.
Los hombres en el mundo buscan vivir de acuerdo esta escala de valores… pero como está diseñada
para llevar a los hombres a la condenación… el resultado en sus vidas será ese.
Amar a los hombres con el amor de Dios es buscar salvar a los hombres y sacarlos de esa
absurda manera de pensar, y eso sólo es posible si los conducimos a los pies de Jesucristo, para
que recibiendo vida y renovando su entendimiento, obtengan la escala de valores verdadera, y dejen
de vivir para sí mismos buscando lo que el mundo dice que es bueno, y comiencen a vivir
para Dios buscando lo que Dios dice que es bueno.
En cierta ocasión alguien se acercó a Jesús para pedirle lo que él creía que según el árbol de la
ciencia del bien y del mal era bueno para el.
Lucas 12.13–16 Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. 14Mas él
le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? 15Y les dijo: Mirad, y guardaos de
toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. 16También les
refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho.
1. El problema de este hombre no era que le faltara algo sino que le sobraba avaricia.(Los pecados
son los que nos hacen sufrir)
2. El Señor Jesús no vino al mundo para hacer de juez y complacer a todos en su ambición o
avaricia.
3. El Señor Jesús vino al mundo a morir por nosotros y darnos la oportunidad de vivir para
él… Porque la vida no depende en lo absoluto de la abundancia de los bienes que poseamos, si no
de la confianza que tengamos en Jesús, qué es la que nos da el poder para vivir haciendo su
voluntad.
EL AMOR DE DIOS Y EL BIEN Y EL MAL 11
Porque en resumidas cuentas, la única e inequívoca definición de lo bueno y lo malo para
nuestra vida, y la única verdadera definición de experimentar y amar con el amor de
Dios… Es el privilegio que Dios nos ha dado de vivir para el haciendo su voluntad.
La verdadera definición de lo bueno o malo para nosotros es: Bueno es hacer la
voluntad de dios… Malo es no hacerla.
La verdadera definición del verdadero amor de Dios para nosotros y a través de nosotros es: Amar a
Dios es vivir haciendo su voluntad y amar a los hombres es vivir para enseñarles a hacer la
voluntad de Dios.
¿Es esa la manera como estamos amando demostrando que somos hijos de Dios?
O todavía engañados por Satanás pensamos en darle a las personas que amamos el bien al estilo
de los hombres, ignorando que no hay nada más importante que vivir para Dios… ¿Estas
enseñando a tu esposa a vivir para Dios; estás enseñando a tus hijos a vivir para Dios; estás tú
viviendo para Dios?

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